sábado, 14 de septiembre de 2013

Salmo 31: 5





"En tu mano encomiendo mi espíritu; Tú me has redimido, oh Jehová, Dios de verdad."






  1. ¿Qué está diciendo el autor? "Tú, que has redimido la esencia misma de mi persona; Tú ,que redimiste mi vida entera, eres el único digno de absoluta e inamovible confianza. Tú eres el único en quien puedo depositar mi vida (con todos sus afanes, deseos, alegrías y problemas) y que ésta esté a salvo plenamente.
  2. No hay otra persona que nos haya redimido. Solo Dios es capaz de darnos perfecta seguridad gracias a su perfecto poder. Le confío a Dios la plenitud de mi vida porque tengo absoluta certeza que su inigualable amor y poder son suficientes para guardarme de todo.
  3. No hay mayor protección y guía como la que brinda la mano de Dios. Siempre dispuesto a socorrernos. Él consumó la inimitable obra de redención de nuestras vidas, Él nos da la seguridad que tiene el pleno control de las cosas que suceden en nuestro diario vivir. 
  4. ¿En tu mano encomendé? ¡No! Es en tu mano encomiendo. Es una acción de fe en presente. Continuamente importante. ¿Solo en tiempos de prueba? ¿Solo en tiempos de agonía? ¿Solo en tiempo de dificultades? ¡No! Encomendemos nuestra vida a Dios, nuestro Señor, en todo momento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario